No te puedo olvidar.

Ya sé por qué no quieres hablarme. Tienes miedo de no saber qué decir en el momento adecuado. Ya sé por qué no quieres ser mi amigo, y no es por la típica disculpa de que estás enfadado o que se te olvidó hablar conmigo, si no porque tú y yo no podemos ser amigos. ¡No! No podemos ser amigos… Somos unas de esas personas, las que o están juntos o se odian a muerte. ¿Sabes? La última vez que lo dejamos… Me dio pena, tú no querías dejar de tenerme ni yo de olvidarme de ti…
Pero en realidad ni tú me has dejado de tener ni yo te he logrado olvidar…